DISPRAXIA:
causas, tipos, síntomas y tratamiento
Definición del concepto
Las habilidades que realizamos a diario como manejar los utensilios para comer, escribir o asearse son rutinas comunes para la mayoría de las personas. Sin embargo, para las personas que padecen dispraxia realizar estas tareas genera grandes dificultades.
También conocida como trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC), es un trastorno común que afecta a la coordinación de la motricidad fina y/o gruesa, tanto en niños como en adultos. Puede afectar a la articulación y al habla. Es una enfermedad que dura toda la vida.
Esto puede ser difícil de entender y los escolares afectados suelen sentirse frustrados si no se reconocen los problemas que experimentan y se les da la respuesta adecuada. A las personas con esta afección les resulta difícil copiar los movimientos mostrados por otra persona y pueden parecer ineficaces o torpes en la forma de realizar las actividades. Tienen un rendimiento de aprendizaje desigual y disfunciones perceptivo-motoras.
Tipos
Al igual que ocurre con las apraxias, existen cuatro diferentes tipos:
A. Ideacional: relacionada con la planificación de movimientos.
B. Constructiva: error al emular una copia de una imagen u organizarse correctamente
C. Ideomotora: el individuo realiza la acción correctamente solo en su pensamiento, no en el proceso motor.
D. Oromotora o apraxia del habla: descoordinación en la producción del habla.
Apraxia y dispraxia
Aunque estos dos términos suenan familiares y ambos son afecciones que tienen su origen en el cerebro, la dispraxia y la apraxia no son lo mismo.
La dispraxia es algo con lo que se nace. La apraxia puede aparecer tras un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral en cualquier momento de la vida, aunque algunos tipos pueden tener componentes genéticos.
La apraxia puede desaparecer por sí sola en unas semanas, sobre todo si es consecuencia de un accidente cerebrovascular. Es posible padecer tanto de dispraxia como apraxia.
Síntomas
- Retrasos en la consecución de los hitos – algunos no llegan a gatear;
- Impedimentos para escribir a mano;
- Mala postura / hiperactividad;
- Poca habilidad con el balón (lanzamientos, patadas, etc.);
- Dificultades en el uso de equipos/utensilios, por ejemplo, tijeras, reglas, cubiertos;
- Impedimentos para vestirse y desvestirse;
- Obstáculos para correr, saltar o brincar;
- Escasa resistencia;
- Dificultad para recordar instrucciones;
- Escasa organización personal;
- Inconvenientes para aprender a montar en bicicleta;
Asimismo, en la dispraxia se aprecia durante la ejecución de los movimientos gruesos (subir escaleras, bicicleta, pelota, etc.). En los actos manuales (escritura, dibujo, etc.). Actos visuales (saltos de líneas al leer, copiar mal de la pizarra, etc.). Actos verbales (ciertas disartrias), y la que se denomina ideatoria (no ejecutar con orden tareas de varios pasos, ponerse la ropa con secuencia errónea, etc.).
Puntos fuertes:
- Tenaz.
- Creativo.
- Empático.
- Amable.
- Educado.
- Con ganas de agradar.
- Sensible.
- Suele ser bueno en actividades de teatro/canto/creativas.
Tratamiento y acciones terapéuticas
Se trata de un trastorno del desarrollo de la coordinación. Este trastorno, que dura toda la vida, afecta a la motricidad gruesa y fina, y a veces a la función cognitiva. No debe confundirse con un trastorno intelectual. De hecho, las personas con dispraxia pueden tener una inteligencia media o superior a la media.
Se desconoce si tiene cura, pero puede tratarse con éxito. Con las terapias adecuadas, se pueden mejorar las habilidades organizativas y motoras para poder vivir la vida al máximo. El tratamiento requiere una estrategia multidisciplinar. Entre las medidas de tratamiento que se realizan en el gabinete está Mind Moves, así como otras técnicas que permiten aumentar la psicomotricidad.
En conclusión, la neuroeducación puede ser una herramienta útil para estimular sus habilidades sociales, tanto para las personas con dispraxia como para los más allegados.