Personas diagnosticadas clínicamente con trastornos del espectro autista (TEA), parálisis cerebral, Síndrome de Down, niños con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), Trastorno por déficit de atención (TDAH).
Las personas afectadas con dichos diagnósticos tienen, además, fallos en la calidad auditiva. Frecuentemente son hipersensibles a algunos ruidos —en especial los agudos—. No comprenden las instrucciones de varios pasos, tienen déficit de atención y un lenguaje limitado.
Se detectan también en personas con sordera y niños en adopción. De forma similar, en niños con problemas de aprendizaje, por ejemplo: dislexia, discalculia, disfasia, disfemia (tartamudez), retraso escolar, etc.