En primer lugar, el concepto de inteligencia ha ido variando en función de los cambios sociales, científicos y culturales. En 1912, W. Stern propuso medir lo que él denominó «Cociente de Inteligencia» (CI), es decir, la proporción entre la edad mental y la edad cronológica multiplicada por 100. En segundo lugar, algunos psicometristas, como Thurstone (1938) y Guilford (1986) rebatieron la visión más clásica de la inteligencia unitaria y cuantificable, ya que dichos autores consideraban que el intelecto humano abarcaba diversas habilidades psíquicas.